Opiniones del Villa Bungsil Gading 3 estrellas

Está ubicado en una zona estupenda, un poco alejado del centro pero todavía muy céntrico. Muy tranquilo y relajado, entre arrozales, cok un par de cafés cercanos muy acogedores. La villa en sí es bonita y también es amable el personal (excepto el dueño, al que nunca lo vi, a pesar de que pregunté por él).

Las habitaciones son bonitas pero falta limpieza. En la habitación en la que me hospedé no se había barrido el suelo ya que había incluso una chapa de cerveza bajo la cama (que estuvo varios días) y algunos insectos muertos bajo el armario. El retrete no estaba limpio. El baño tiene unas ventanas descubiertas que, aunque aportan una luz estupenda por las mañanas, son perfectas para que se cuelen insectos pro la noche. Realizan limpieza cada dos días pero en mi opinión no es una limpieza a fondo puesto que el polvo bajo la cama y los insectos seguían tras tres dias allí. Tuve que pedir por favor que barrieran la habitación. Aun así, bajo la cama no se barrió. Creo que es un hotel precioso y que le falta ese poco de cuidado para ser perfecto. Da cierta sensación de abandono.

La casa estaba muy sucia, las paredes llenas de humedad, olía mucho a humedad y las zonas comunes muy abandonadas. Decepcionante y nada recomendable. Se lo comentamos al llegar y nos dijeron que si no nos gustaba que nos fuésemos. Tienen a dos chicos jóvenes muy amables atendiendo pero el dueño debería preocuparse por que esté limpio y cuidado.

Las vistas de las habitaciones, la tranquilidad, el desayuno muy trabajado y muy bueno! El servicio espectacular y si necesitáis ayuda siempre están dispuestos ayudar.

Habitacion grande y comoda. Buen desayuno. La ubicación esta bien, cerca del centro y todos los lugares para comer y comprar.

Nos toco cuarto arriba y habia muy poca presión de agua, agua fria. A veces se dificultaba un poco.

Los jardines bonitos , habitación limpia, la piscina limpia, la cama es cómoda, el personal amable, ropero grande.

El hospedaje está situado arriba de un pequeño cerro donde solo tiene acceso para motos, por lo que el taxi te debe dejar en la calle hasta el tope donde ya no puede pasar. Y luego subir el cerrito a pie con la maleta de rueditas no es nada gracioso. Eso si que de vuelta me ayudaron a llevar la maleta lo que se agradece. También los taxi pueden ingresar solo temprano o muy tarde pues la calle es angosta hay una feria artesanal, cuando está funcionando solo te pueden dejar en la avenida principal lo que es 15 min. Caminando al hospedaje. Lo otro que no me gustó es que el aseo es poco, de las 8 noches solo 1 vez entraron a limpiar los papeleros y hacer la cama, pero no cambiaron ni las toallas. El desayuno es muy escuálido con pocas opciones, té o café, huevos y fruta. Y a mi mala suerte justo al frente estaban haciendo una construcción de un galpón por lo que había ruido todo el día (aunque sé que no es culpa de ellos, ayudó a que mi estadía no fuera de lo mejor)

El desayuno, la ubicación, los jardines-piscina, y el amabilísimo personal.

La ducha no tenía suficiente presión de agua. No se limpió la habitación, ni se hizo la cama en los cuatro días que estuve .

El personal se mostró predispuesto a ayudarnos con el alquiler de la moto para esos días. Fueron atentos con las dudas que nos surgieron y ofrecen buenos desayunos.

La ubicación a pesar de estar céntrico se encuentra en una zona apartada y de difícil acceso. Además el alojamiento no está bien indicado por lo que es complicado encontrarlo.

La ubicación es perfecta, en los arrozales y a 20 minutos a pie del centro y con muchas tiendas y restaurantes cerca. La cama es grande y cómoda. El chico es muy amable

En época de lluvia el acceso a pie es complicado porque se inunda parte del camino