Opiniones del El Rincón de Doña Urraca

El alojamiento es espectacular, cuidado al detalle, limpio, tranquilo y muy cómodo. Alfredo nos hizo sentir como en casa. El poder desayunar y cenar allí hizo la estancia aun más cómoda. Se respira un ambiente de paz que nos hizo disfrutar aún más los últimos días de nuestro viaje. Además el pueblo es muy bonito y tranquilo.

Por poner algún pero, la llegada aunque muy bien señalizada se nos hizo algo complicada por la carretera y las calles estrechas al llegar a Cotillo, pero una vez lo conoces no es difícil y se lleva bien. La calidad del alojamiento lo compensó sin duda.

Desayuno muy bueno, y variado. El sitio es precioso, es un rincón de la naturaleza, muy bien comunicado.

El desayuno estaba genial. Muy rico, con un café muy bueno también. Nos preguntó si queríamos repetir más tostadas o café. La ubicación muy buena. Ningún problema para aparcar por la zona, si no era en las plazas que tenían en el alojamiento, se podía aparcar en la iglesia de un poco más abajo. Nosotros fuimos una de las noches a Santander y nos avisó el propietario de que por la noche lo avisaremos al móvil para que nos abriera la puerta, ya que la dejaban cerrada por la noche, y así hicimos. Allí que estaba esperándonos a que llegáramos. Así que muy agradecidos por su parte. Destacar también lo cuidado que tienen el exterior. Tienen una zona de prao con sillas y mesas allí, que por la mañana dando el sol, o a la tarde con la luz del atardecer, se estaba increíble.

La ubicacion es extraordinaria, en pleno valle. Una temperatura ideal y una paz que no se encuentra en otro lado La atencion del dueño es exquisita, pendiente de todo

Falta puerta de aseo

La tranquilidad y la atención del dueño, como en casa

Nada

La tranquilidad y belleza del sitio, es perfecto para relajarse en medio del campo. El anfitrión es muy amable y servicial, nos trató muy bien.

Que el baño no tuviera puerta ni ventanas. Estaba separado del resto de la habitacion por una cortina. La carretera para llegar es carril único de doble sentido y muy estrecha y a veces te encontrabas de frente otros coches.

La casa en general y su decoración

Me gustó todo

La casa Preciosa

Nada

La atención de los propietarios, el hotel en sí, su entorno y los desayunos

El sitio es precioso, se nota el cariño que le ponen al lugar. Alfredo fue muy amable y atento en todo momento. Las vistas son muy bonitas desde la habitación y desde el jardín, es un espacio que transmite paz.

Alguna noche hizo mucho calor y no había aire ni ventilador, abrimos las ventanas, pero entraban bichitos. La ubicación, aunque muy pintoresca, no tenía facilidades cercas como, por ejemplo, bares.

El lugar en el que está enclavada la casa es precioso, rodeada de grandes prados verdes con el único sonido de los pájaros y los cencerros de las vaquitas, se respira paz, libertad. La casa está tan cuidada y miman cada detalle que es una maravilla allá donde mires; Alfredo y Yolanda son personas amabilísimas que te ayudan y aconsejan en cualquier cosa y hacen que tú estancia sea de lujo. Picotear sus exquisitas cosas por la tarde mirando a la hermita es un lujo, y que hablar de sus desayunos preparados con cariño y con productos de la zona. Volvería una y mil veces a alojarme allí. Es un pequeño gran paraíso 🌿

Me encantó absolutamente todo.

El entorno de la casa El interior de la casa a todo detalle y súper limpio el desayuno buenísimo

Absolutamente todo, desde el paisaje hasta la comida.

Trato excelente de Alfredo y Yolanda. Entorno inmejorable. Instalaciones perfectamente cuidadas. Comida deliciosa. Zona muy tranquila para descansar y desconectar.