Opiniones del Hotel Gasthof zur Linde

El desayuno era limitado sobretodo para ir con niños. La habitación era dúplex y comportaba subir las maletas por una escalera estrecha. Los dueños eran peculiares

La fachada del edificio ni

La decoración ji

A la primera, podría parecer que has llegado a una posada irlandés del 1800 donde te recibe un posadero hosco e intransigente, pero la verdad es que por el precio (economico respecto a sus competidores) el dueño debe estar cansado de tratar con aventureros de 24hrs que vienen por una foto instagramable. Y es que Rottenburg es una ciudad encantadora, pero con unos habitantes bien autóctonos y orgullosos de su historia. La birra es bien económica en esta posada ;)

El recibimiento del hostelero.

La atención de Andreas y la señora fue muy buena. Estuvimos como en casa. Sin duda lo recomiendo. Muchas gracias.

La ubicación es genial. El dueño es sumamente amable y hasta nos proporciono un mapa y tuvo el detalle de explicarnos. La entrada es un desastre y el acceso a la habitación es otro tanto pero la habitación es grande y las camas cómodas para nosotros estuvo bien. El desayuno aunque algo de huevo y dulces típicos los eche en falta. Había de todo y en plan embutido y pan estaba genial.

El aspecto se ha dejado le falta orden. Da muy mala primera imagen, pero darle una oportunidad nosotros si volvemos repetiríamos allí. La moqueta de la habitación estaba muy sucia. Y el baño necesita una reforma... Pero las camas son cómodas y las sábanas limpias. La señora que sirve el desayuno es un poco tosca pero en el fondo se nota que es una buena mujer. Imagino que era producto del estrés y la faena del volumen de trabajo del desayuno. La ventana era la salida a una especie de montacargas. Algo raro... Parecía que nos habían metido en el dormitorio de los empleados jajaha.

La ubicación. Cerca del casco antiguo. El desayuno no estuvo mal. Tiene parking gratuito.

Nada más entrar se puede ver el desorden total de la recepción (por llamarla de alguna manera), llena de trastos viejos amontonados y polvorientos. Olor a viejo por todos lados. La habitación vieja, con moquetas sucias y viejas y el mismo olor. La encargada del desayuno te perdonaba la vida cada tres minutos. Te hace sentir incómodo. Para no repetir y menos si vas con niños.

Muy poco, lo único para destacar el desayuno que es rico y generoso, pero al pedir solo leche porque no puedo tomar café y yo llevo mis bolsitas para el té, la señora por poco me pega, pues su grosería, gritos y ademanes me incomodaron demasiado y todo para llevarme un poco de leche caliente, después de que le tuve que alzar la voz pidiéndole que no me gritara.

No tener en cuenta al huésped, llegamos temprano y nuestro equipaje era para más de un mes, pero nos tocó cargarlo porque ni siquiera nos abrieron para guardarlo, los propietarios son muy antipáticos, y la habitación se ve sucia, desgastada y huele a orines como de gato, el baño muy chiquito. El aspecto del desorden desde que se ingresa, no deja nada bueno que desear, afortunadamente nuestra reserva solo fue de una noche.

excelente desayuno

no se podia oscurecer la habitacion

Está muy bien relación calidad precio, el desayuno es sencillo pero suficiente, con huevos, pan y algunos embutidos.. los dueños no brillan por su simpatía 😅 pero en general todo correcto

Hotel sencillo, sin lujos, atendido por su dueño. La tranquilidad del lugar es excelente.

La encargada del desayuno se lleva la palma a la peor atencion. Muy maleducada y de malos modales.

Muy buena ubicación!! Ideal para recorrer los lugares turísticos!.. sin duda lo volvería a elegir!

la ubicación

El.hotel sumamente descuidado. Desarreglado, lúgubre. En otra época debió ser un muy lindo hotel, pero en la actualidad deja mucho que desear

El desayuno fue increible!

La habitación era humilde pero cumplía su función