Opiniones del Simabo's Backpackers' Hostel

Me gustó: El personal muy amable, la tranquilidad que se respiraba, cada uno podía tener su taquilla con llave, la terraza... No me gustó: La mesa de la cocina un poco pequeña.

Es una organización que ayuda a los gatos y a los perros de Cabo Verde por lo cual tiene una buena causa

Hay pocos baños para tanta gente pero por el precio está bien

Realmente antipática la recepcionista y todo el personal. No te puedes duchar porque no hay ni grifo de agua caliente Mientras desayunamos, la limpiadora te adereza el café con productos químicos.. te deja los cubos con tóxicos que no te permiten ni respirar. No hay pago con tarjeta Hay zonas de fumadores pero no para gente normal. En el dormitorio no se puede respirar porque entra el humo directamente. Un horror todo. Incluidas las tres plantas sin ascensor cargando maletas

La gata y la perra q te reciben

Sin presión de agua. Los colchones. Las telarañas del techo. La luz q se apagaba y encendía todo el rato....

Reactividad del personal y la cama era muy cómoda. El ambiente, la decoración y las zonas comunes también.

Había muchas cucarachitas muertas en la terraza (algo incontrolable).

La ubicación está bien, aunque hay que caminar un poco para el centro...pero estás más tranquilo. Las camas son cómodas y el personal amable!

La verdad és que hacen una gran labor con los animales, pero a veces huele un poco fuerte. La cocina és un poco desastre...la nevera no enfría mucho y los utensilios són de hace años. No hay agua caliente

La ubicación y el personal muy amable. La terraza que tiene arriba muy acogedora.

Las duchas apenas sacaban agua y en los baños no funcionaban las cadenas. El wifi apenas llegaba a la habitación. La cocina muy pequeña.

La amabilidad de la chica de recepción.

No recomendaría este sitio a nadie. Habíamos reservado una habitación doble con baño para dos noches y al llegar lo primero que nos dicen es que ha habido un problema con nuestra habitación y que había dos opciones, otra habitación con baño privado más pequeña o una habitación compartida. Optamos por la primera opción y nos encontramos con que estaba ubicada en la planta baja al lado de la cocina y un patio lleno de gatos. El olor a gato y pienso en la habitación era insoportable, al igual que en las zonas comunes de la planta baja.. Nos parece genial la labor que hacen con los animales de la ciudad, pero no son condiciones decentes para los huéspedes. Por otro lado, pagamos el precio de una habitación con baño privado y nuestra ducha no funcionaba. El baño estaba lleno de hormigas. Ni siquiera fueron capaces de abaratar el precio que habíamos pagado al hacer la reserva por el cambio de habitación ( y se lo planteamos). Entendemos que es un alojamiento barato y contabamos con no tener agua caliente o una habitación con ciertas comodidades..pero este alojamiento nos pareció insalubre y asquerosa. Todo fatal!

Que está atendido por personas amables.

Poca presión de agua en las ducha y falta aire acondicionado.

Silvia es encantadora. Nos recibió a las 3 de la madrugada después de un duro día de retrasos en los vuelos domésticos. Además nos orientó y planificó toda nuestra visita a la isla de sao antao. Magnífica anfitriona.

Siendo sincera, aunque el proyecto es muy guay, al entrar el olor a gato/perro es intenso. La presión del agua de la ducha es prácticamente inexistente. Las camas son memorables.

Es un bonito proyecto. Con personal accesible y amable. En un vecindario tranquilo y cerca del centro. Con espacios comunes agradables y cuidados. A la terraza si le hace falta mas cuidados.

La limpieza podria mejorar, así como la calidad del colchon y las telas en general, sabanas, fundas de sofás o cojines. Algunas informaciones estan desactualizadas o erroneas. No esta en primera linea de playa, no sirven desayuno, el patio ya no es un espacio social, por ejemplo.

La ubicación y la ayuda de Silvia

Al ser un refugio de animales también la recepción tiene un olor fuerte pero no las instalaciones.

Las instalaciones son sencillas pero tienen lo necesario para estar a gusto. La anfitriona me advirtió de antemano que la habitación que le quedaba daba a la zona donde se daba de comer a los gatos, que maullan mientras esperan su alimento. No me supuso un problema pero se agradece que se tenga en cuenta. Me dieron consejos acerca de la ciudad que fueron muy útiles.

Aunque ya lo advierten precisamente, el alojamiento no tiene agua caliente. Tampoco teléfono de ducha. Lo del teléfono hizo algo más incómoda mi estancia. El wifi no parece muy estable ni rápido. Yo me sentí seguro en todo momento (incluso por la noche), sin embargo el alojamiento tiene carteles con numerosas advertencias de seguridad que sugieren que el barrio podría no ser el mejor de Mindelo.