
De
EspañaLa entrañable relación que en solo dos noches allí pudimos entablar con el personal, especialmente con Daniel, encargado y servicial, y los niños Teresa y Daniel yr. que al salir del cole venían corriendo al jugar con nuestro hijo al futbol. Daniel nos abrió las puertas de su casa, su granja, su huerta ... y de su corazón, conocimos a su familia e incluso recolectamos unas hojas de te con el como se hacía ya hace miles de años ... eso unido a una caminata por la selva para ver la bonita cascada Guatango nos hizo pasar unos días inolvidables. Esto es un lugar auténtico.