Iniciamos Nuestras operaciones hace año y medio, obtuvimos el premio Traveller Review Awards 2024, por el esmero y la dedicación en perseguir nuestro objetivo, que es ofrecer una experiencia distinta y de calidad.

Flores de la Villa, es un santuario de tranquilidad y confort, ubicado en el corazón del valle sagrado de los Incas, un lugar perfecto para disfrutar de la energia y la cultura de los Incas. ¿Por qué elegirnos? - Ubicación privilegiada: Entre Cusco y Machupicchu,cerca de todos los atarctivos turisticos, como Pisac, Chinchero, Moray, Salineras de Maras y Ollantaytambo. - Comodidad y tranquilidad: Habitaciones con baño y balcón privado,para disfrutar de las vistas espectaculares, del valle y las montañas que nos rodean. - Servicios exclusivos: Transporte desde y hasta el aeropuerto, servicio de masajes, desayuno con productos orgánicos y de la región, y mucho más. - Ideal para aclimatarse: Por estar a menor altura sobre el nivel del mar, a diferencia de la ciudad del Cusco, permite aclimatarse y evitar conplicaciones con la salud, tambien ofrecemos infusiones con hojas de coca, cosechadas de nuestro fundo en la selva del Cusco. - Un lugar tranquilo lejos de la multitud: Nuestro espacio dispone de solo 6 habitaciones, que permite evitar la multitud y agilizar los procesos de ingreso y salida, además de ofrecer un servicio más personalizado. - Ideal para venir en familia y con los amigos: Tenemos habitaciones familiares, nuestro desyuno se ajusta a la dieta de los integrantes. - Aceptamos todo medio de pago y todas las tarjetas.

Estamos ubicados en medio del valle sagrado, a 2 horas de Machupicchu, rodeado de lugares turisticos, como Pisac, Uchuy Qosqo, Moray, Salineras de Maras, Chinchero, Ollantaytambo, Museo Inkari, cascadas de agua, lagunas, entre otros. En nuestra zona encuentras un café, donde ofrecen comida vejetariana a 10 minutos caminando, a 4 minutos caminando está el paradero de buses, donde encuentras un market bien surtido de productos. En este lugar, puedes correr por las mañanas o caminar por los senderos, junto al río y pasar por un puente colgante, hasta llegar a un pueblo, con construcciones incas y coloniales, lugar elegido por los gobernantes incas, para tener su casa de reposo.